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Foto del escritorLola Martínez López

Wau!!!



Hace unos días preparando un taller formativo para un cliente buscaba y buscaba entre la documentación que tengo para seguir incorporando ideas que nos ayuden a sentirnos bien.

Creo que últimamente es una obsesión en mí, cómo seguir aprendiendo y profundizando para estar en paz, que creo que es uno de los estados más próximos a la felicidad.

A partir de esta búsqueda me fueron surgiendo diferentes preguntas, que aquí comparto contigo, junto a mis respuestas. Y que finalmente me llevaron a una sensación GUAU, que me mantuvo todo lo que restó de día con una ligera sonrisa en la boca y una sensación de paz superagradable.

Espero y deseo puedas experimentar la misma sensación o al menos que se aproxime.

* La primera pregunta es ¿qué esperas de las otras personas? Probablemente dependerá de quién son esos otros: si amigos, familia, compañeros, no tan amigos... En cualquier caso y de forma genérica a mi me vinieron a la mente las siguientes respuestas, que seguro tu puedes completar.

  • que me entiendan

  • que me respeten

  • que sean empáticos

  • que sean colaboradores

  • que me escuchen

  • que hagan las cosas a mi manera

  • a veces también: no espero nada


Estarás de acuerdo conmigo que vivir en un mundo de expectativas es una fuente de inestabilidad permanente porque como es lógico, lo que esperamos no siempre se cumple. ¿te suena? Y no sé tú, pero creo que es muy habitual desear que las cosas y las personas sucedan o sean de una manera determinada. Esto son las expectativas! esperar que ocurra algo de una forma en concreto.

*Y la siguiente pregunta es ¿cómo sería nuestra vida si no esperáramos tanto? de los demás, de las situaciones, incluso de uno mismo

Es lógico que haya alguna expectativa, además en ocasiones trabajamos, nos esforzamos para conseguir un determinado resultado. Que menos que así sea o se aproxime, no?

Pues sigo pensando que si bajara nuestro nivel de expectativas, bajaría significativamente nuestro nivel de ansiedad.

*Porque ¿qué nos ocurre cuando nuestras expectativas no se cumplen en tantos y tantos ámbitos de la vida?

Pues habitualmente nos enfadamos, nos distanciamos de la situación, buscamos culpables, tiramos la toalla... entre otras conductas similares.

Llegado este punto es importante clarificar que una cuestión es la expectativa y otra es la esperanza, que no debemos perder. Como dice el dicho: la esperanza es lo último que se pierde

Y ¿qué diferencias hay? Desde mi punto de vista la expectativa es lo que yo espero que ocurra en una determinada situación, lo que quiero que haga, diga tal persona. Por lo que entiendo son mis deseos sobre algo y desde mi lógica, es decir, desde mi forma de entender e interpretar el mundo.

Ante tal situación lo lógico, lo normal es tal. Yo quiero que tal persona haga tal cosa porque es lo mejor, desde mi visión.

En cambio la esperanza está asociada a que espero algo bueno, tengo buenos deseos hacia el otro, las circunstancias, la vida, las personas o yo mi


* Y continuamos con la siguiente pregunta: ¿Y cómo liberarnos de las expectativas, si realmente estas generan tanta insatisfacción? Pues aquí va la respuesta: haciendo que nuestros deseos sean deseos puros, buenos deseos, que son los que no nos limitan.

Y te pongo un ejemplo: La primera vez que medite me sentí en paz y pensé que esta era la solución a todos mis problemas. Y después quise seguir meditando y meditando y me di cuenta de que no sabía cómo meditar y entonces me frustraba. Alguien me dijo que no lo dejara, que no se puede meditar mal (Que gran Maestro!) Palabras que grabe en mi mente. Y ahora entiendo que meditar es tan solo estar en silencio, buscar estar en paz, aceptar lo que ocurre con uno mismo y no juzgarme ni juzgar la situación y/o lo que ocurre, solo es estar. Y de forma natural, empecé a tener buenos deseos hacia mí y la meditación. Me empecé a decir no te preocupes, lo vas a lograr, poco a poco, no te impacientes. Deja de querer controlar lo que pasará en cada momento. Y esto me trajo tranquilidad y estabilidad.

Me di cuenta que crear buenos deseos para uno mismo reduce la expectativa respecto a la situación.

Y a partir de la meditación he aprendido que la felicidad es igual al número de logros del ser (asociados a la esperanza) dividido entre el número de deseos limitados (asociados a las expectativas). Esos deseos que buscan querer controlar todo: las situaciones y a los demás

Y ¿cuáles son esos logros del ser? para cada uno pueden ser diferentes, pero seguro que algunos podrían ser: que tengo que cuidar más de mí mismo, reafirmarme en el amor que doy, dejar de preocuparme tanto de cosas que al mirarlas desde otra perspectiva no lo son tanto, querer aceptar las situaciones que a veces me desbordan, tener más paciencia...

Y mientras más medito más logros del Ser consigo. Consigo construir un estado mucho más amable conmigo frente a la dureza, la confusión llegando así a mi zona de estabilidad.

Mi objetivo es que los deseos limitados no me desestabilicen porque habitualmente son demasiadas expectativas o deseos respecto a los demás y las situaciones.

Me doy cuenta que si me enfoco en incrementar el número de logros del ser (esperanza) y bajo el número de deseos limitados (expectativas) me siento bien, me siento feliz.

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