Analizando lo que estamos haciendo en estos días, quizás nos estemos permitiendo más reflexión al haber tomado conciencia y de sopetón de nuestra vulnerabilidad.
La llegado el COVID-19 ha desmoronado y de forma brutal el ansiado control sobre muchas cosas (que tan necesario parece a veces para el ser humano). Hemos tenido que ir adaptándonos cada día a nuestra nueva realidad y nuestros planes habituales han cambiado o desaparecido.
Todo esto me lleva a analizar que existen dos tipos de personas:
Los hacedores: que están siempre enfocados en la acción. A veces una acción sin sentido, encadenada una con la siguiente. La cuestión es hacer y esto a priori te hace sentir bien. Lo has hecho: y lo tachas de verdad o mentalmente de tu lista de tareas. Lo que genera comúnmente una emoción potenciadora ya sea de orgullo, satisfacción, alegría, triunfo…
Los pensadores o analistas que dan vueltas y vueltas a los temas antes de hacer (valoran opciones, posibilidades, pros, contras, datos): para finalmente en muchos casos vivir en la parálisis por el análisis. Tanta investigación, abre múltiples posibilidades lo que te impide tomar decisiones y lanzarte al vacío, al hacer, dado que puede no obtengas el resultado deseado.
¿Algo de esto te suena? ¿con cuál de los dos perfiles te identificas más? quizás haya en ti una mezcla de los dos. ¿Cuál predomina y cual crees debería prevalecer?
Bien, pues avancemos. Después de muchos años de auto-conocimiento personal y de análisis: de lo que observo en las organizaciones, percibo en mis sesiones formativas y de coaching, te propongo lo siguiente:
Desde mi visión, es imprescindible equilibrar el “hacer” con el “pensar”. Ambas opciones son válidas y necesarias. Y lo más importante, en su justa medida, como ya imaginas. Y ¿qué te sugiero? pues cambiar el enfoque pensador por soñador.
Creo es necesario pensar, analizar, reflexionar… sí, pero no tan centrado en los datos que en muchos casos no nos invitan a la acción, sino que nos mantiene en el mundo de la duda y pasarnos a soñar, a buscar desde la curiosidad:
¿que podría ser?
¿cómo sería?
¿que aportaría?
Y con ello a llenarnos de energía, que nos ayuden a la acción, que nos dé motivos a lo grande para hacer, que nos ilusione con lograr tal reto, que realmente nos haga vibrar. Y después de esto, solo después de haber soñado con lo mejor posible, pasar el filtro de los datos, de los recursos necesarios… para finalmente pasar a la acción: una acción con sentido y enfocada.
Creo que en este momento tras sentir la amenaza del COVID 19, es momento de reilusionarte. Y convertirte en un soñador hacedor. Es una necesidad imperiosa para ser más feliz y a la vez más eficaz.
¿Qué opinas al respecto? Espero tus aportaciones, comentarios y compartimos
® ¿Con que tipo de persona te identificas más?
® ¿Qué vas a hacer para convertirte en un soñador hacedor?
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