Llevaba tiempo empezando a escribir un post con esta idea, que siempre se quedaba varado tras algunas líneas.
Y hoy retomo desde la creencia de que el universo nos está poniendo a prueba. Llevamos mucho tiempo generando desequilibrios con nuestra forma de hacer, de progresar… lo que al final desde mi punto de vista está dañando seriamente el ecosistema. Todo esto se ve reflejado en el cambio climático, la cantidad de catástrofes que se suceden últimamente: danas, terremotos, huracanes, volcanes en erupción… parece que el universo lleva tiempo quejándose y no le estamos haciendo mucho caso.
Desde mi visión también nos estaba advirtiendo de otro desequilibrio importante en el ser humano: personas cada día más ansiosas, estresadas y deprimidas.
Nunca a lo largo de la historia tuvimos tanto: bienes, oportunidades, tecnología, recursos al alcance … lo que ha generado un consumismo sin sentido, un correr todo el día sin saber muy bien por qué y para qué.
Quiero destacar personas cada día más descontentas con su vida: el trabajo, la productividad, el hacer más y más y mejor. Y hoy me pregunto ¿y para qué?
Descontentos también en el ámbito personal, de la pareja, la familia, los amigos… porque no hay tiempo para dedicarles y el tiempo invertido en general con poca atención.
Creo que el coronavirus nos quiere hacer conscientes y llevarnos a parar, un parón desde luego muy brusco e inesperado, pero que nos lleva a tomar conciencia sobre ¿qué es lo realmente importante?: la salud, la familia...
Parece que nos puede ayudar a recuperar la conversación con nuestros seres queridos (siempre y cuando no nos dejemos bombardear por las noticias y los Whatsapp, claro) a recuperar el teléfono, incluso el fijo , para hablar con amigos a los que ya no llamábamos porque no había tiempo, a conectar con los abuelos de otra forma (no físicamente) pero sí quizás a estar más atentos que nunca sobre cómo están y qué necesitan (o al menos eso espero).
Quizás esté muy equivocada, pero esto es lo que pienso y siento. Creo que ésta es una gran llamada de atención del universo para que cambiemos nuestra forma de vivir, de cuidarnos y de cuidar todo lo que nos rodea.
Ahora nos damos cuenta de que se puede vivir sin papel higiénico, que se puede hacer una comida rica con menos ingredientes, que se puede trabajar, aunque aún no sea muy eficaz con los niños en casa. Hemos recuperado la posibilidad de educar a nuestros hijos y no dejarlo solo en manos de maestros y/o cuidadores. Y seguro que ellos también lo van a agradecer. Y a la vez nuestros hijos han recuperado a unos padres que apenas veían.
Estoy convencida que organizándose bien se pueden compartir tareas con los hijos, con la pareja y que hoy podemos estar más unidos que nunca. Cierto es que lleva tiempo esta adaptación.
Esta parada ha hecho descender la contaminación en China, el agua de los canales de Venecia está mas limpia... señales que nos hacen pensar, al menos a mi, que quizás algunos hábitos debamos cambiar.
En resumen, el universo a través de esta pandemia nos ha parado, en seco. Y nos está invitando o mejor dicho obligando a parar, para tomar conciencia y mirar la vida de una forma diferente.
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