
Probablemente hayas escuchado más de una vez que “somos lo que pensamos” pero realmente ¿qué tiene de cierto esto? Pues mucho. Veamos.
La primera vez que pensamos una idea ésta surgió tras el mensaje recibido por alguien cercano, de nuestro entorno o tras una vivencia que validó esa idea. Todo ello te llevó a pensar “esto es así” (y no de otra forma).
Cada vivencia y aprendizaje reiterados ha ido generando en nosotros, muchos “esto es así.”
A priori parece lógico ¿no? y no sólo lógico sino que se ha ido grabando en nuestro cerebro. Se han ido creando determinadas conexiones neuronales (y no otras).
A mí me viene la imagen a la cabeza de una bici que ha recorrido siempre el mismo camino y que ha ido dejando su marca en un suelo mojado cada vez más profunda. Lo que hace que se genere siempre la misma reacción ante determinadas situaciones ya conocidas. La mente con sus conexiones neuronales hace siempre el mismo recorrido como la supuesta bici.
Esto es lo que ha ocurrido con nuestro cerebro, de forma que por ejemplo, si un foco de calor excesivo encendido se acerca a tu piel, esto te lleva automáticamente a retirarte.
Esto que parece lógico son aprendizajes de la vida, algunos muy útiles, y otros no tanto.
Se han generado determinadas conexiones neuronales que hacen siempre el mismo recorrido provocando una hendidura en el camino mojado cada día más profunda, lo que supone ideas más arraigadas y difíciles de cambiar. En estos casos y respecto a estas ideas nos movemos en la rigidez. A priori, nada ni nadie nos hará cambiar de opinión. Nuestro argumento será “esto es así” (dado que tú conexión neuronal es muy madura, es decir, está siguiendo el mismo recorrido)
Solo vemos una única opción porque mi cerebro lleva diciéndomelo durante muchos años. Llevamos reiterando durante muchísimo tiempo la misma idea y el mismo recorrido. Pensamos lo mismo y por tanto hacemos más de lo mismo. El camino ya está hecho y la bici va casi sola en automático.
Esta es una de las causas por las que nos resulta difícil cambiar. Creemos a pies juntillas que algo es cierto 100% y no vemos otras posibilidades. Además en caso de verlas, nuestro recorrido neuronal habitual, nos hace movernos en la acción-reacción.
¿Qué hacer entonces?
Pues muy fácil, se trata de diseñar “consciente y libremente” nuevas conexiones neuronales, es decir, nuevos caminos que nos llevarán a otros destinos y por tanto a otros resultados.
La cuestión es que tú puedes mover conscientemente tu atención hacia otros estímulos. Tienes la libertad de poder conducir la bici y llevarla por un nuevo camino potenciando así la flexibilidad y neuroplasticidad de tu cerebro.
Se trata de elegir “qué quiero pensar” que se ajuste a mis objetivos de hoy (no de hace años) y comenzar a generar una nueva rodadura a partir de la repetición. De ahí la importancia de repetirte, como si de un mantra se tratase, esas ideas o pensamientos que te ayudan a alcanzar los objetivos de hoy, lo que quieres lograr a futuro. Reiterar ideas potenciadores que facilitan una actitud y predisposición que aproximará más fácilmente tu logro.
¿Qué pensamiento entonces vas a diseñar “consciente y libremente” que te acerque a tus objetivos? ¿Qué pensamiento potenciador vas a reiterar en tu mente a partir de ahora?
No con ello, por arte de magia vamos a conseguir nuestros objetivos, no. Pero sí inducir a nuestra mente en positivo. Vas grabando mensajes potenciadores que facilitan una actitud y predisposición que aproximará más fácilmente tu logro. ¿Qué pensamiento entonces vas a diseñar “consciente y libremente” que te acerque a tus objetivos? ¿Qué pensamiento potenciador vas a reiterar en tu mente a partir de ahora?
Commentaires