Me pone de los nervios las palabras malsonantes que a veces utilizan los deudores cuando yo solo llamo para ayudar y para recobrar que es mi objetivo. En otros casos es una actitud pasiva en la que parece le importa un comino lo que le cuento.
¿Te suena alguna de estas situaciones?
Desde mi punto de vista es una vivencia habitual en la gestión de cobros
¿Y qué podemos hacer diferente ante estas situaciones?
Yo empezaría hablando de Aceptar frente a Culpar.
Culpar es la manera más habitual de evaluar esta situación, dado que a priori juzgamos como molesta, incómoda, injusta...
Todo ello surge por la forma que cada uno de nosotros tenemos de construir explicaciones ante lo que ocurre, es una capacidad propia del ser humano.
A priori tiene una serie de ventajas aparentes, ¿cuáles?
Que alivia la tensión,
Pone la culpa fuera y exime de responsabilidad a uno “yo no he hecho nada para que esto ocurra”
Y por otro lado nos lleva a no tener que hacer algo al respecto.
Pero a su vez tiene una serie de limitaciones y es que nos deja un margen de maniobra muy limitado, incluso cero y nos anula la posibilidad de intervenir y resolver tal dificultad.
Por ello de nuevo me pregunto y te pregunto ¿culpar al cliente por su actitud o aceptar esta conducta como parte de la gestión? Sé que no es fácil pero se puede y además compensa.
Cuando mi mente está reinterpretando y buscando explicaciones ante esta actitud lo habitual es que surjan creencias del tipo: “no va a pagar”, “adopta esta postura para no pagar”, “me está dando largas”, “está mintiendo”...
Y yo me pregunto ¿cómo sabemos que esto es cierto?
Entiendo que algunas respuestas serían:
Bueno, es la única explicación posible. No se me ocurre ninguna otra razón que pueda explicar por qué se comporta así de forma poco apropiada, incluso a veces, maleducada.
Y de nuevo te pregunto: ¿podría existir la posibilidad de que hubiera alguna otra razón desconocida para ti? Hombre! podría ser aunque no creo
Imagina otras posibilidades, aunque sea una especulación, que pudieran explicar esta actitud
Pues no sé, podría tener algún problema personal añadido, podría estar enfadado por algún otro motivo, algo que le haya ocurrido ese día o en ese momento, podría estar preocupado por sus circunstancias: no tiene trabajo, gana poco... La verdad es que podrían ser muchas cosas diferentes, pero todo esto son especulaciones. En realidad no sé lo que realmente está pasando.
¿Y te parece que valdría la pena intentar averiguarlo? Pues la verdad es que creo que no, porque no aporta nada a la gestión
Y entonces ¿qué crees sería lo mejor y qué aportaría a tu gestión? Pues entiendo que aceptar que puede haber muchos otros motivos por los cuales el deudor muestra de forma poco apropiada su disconformidad: conmigo, con el mundo, con el expediente o con lo que él quiera.
¿Qué diferencias aprecias entre esta actitud de ahora y la actitud previa?
Pues que la actitud previa genera una emoción negativa en mi de rabia, enfado, sentimiento de injusticia frente a que aceptar que puede haber otros motivos. Admitir que “sus motivos tendrá” el deudor para mostrarse así, me despiertan una actitud más serena y apropiada para gestionar.
Cuando vemos al otro como culpable estamos valorando lo que ocurre: si está bien o mal o si las explicaciones que nos damos son correctas o incorrectas. En cambio lo que nos interesa son las acciones posibles a futuro y por otro lado si las explicaciones que nos damos a lo que ocurre nos abren o cierran posibilidades para resolver esta situación.
Si somos capaces de mirar las cosas de una manera nueva y diferente. Si aprendemos a aceptar vs. culpar, entonces encontraremos nuevas posibilidades de acción que antes probablemente no veíamos.
De forma que si aceptamos la actitud del otro, en vez de culpar al otro, el recorrido de acción es mucho más amplio. Y por otro lado responsabilizarme en el sentido de ¿qué puedo hacer yo para interpretar esta situación de la forma más apropiada y que me permita intervenir sabiamente?
A veces, en la vida hay ámbitos en los que estamos evitando tomar la responsabilidad ya que no nos gusta cómo son las cosas, nos gustaría que fueran diferentes…. pero es cierto que hay aspectos que no dependen de nosotros pero si la interpretación que hacemos de lo ocurrido y cómo limitamos o ampliamos nuestro margen de maniobra en función de nuestra interpretación.
La pregunta a hacerte es ¿cómo puedo interpretar esto de una forma diferente para que pueda intervenir activamente y a favor del mejor resultado?
¿Tal vez hay en tu vida algún ámbito en el que estás evitando tomar la responsabilidad? ¿Cómo te gustaría que fueran las cosas? ¿Hay algo que querrías hacer diferente? ¿Hay algo que puedes hacer diferente? ¿Qué vas a hacer entonces?
Con todo esto descubrimos la magia del poder de elegir, ya que está en cada uno de nosotros la posibilidad de elegir cómo interpretar lo que ocurre y qué hacer al respecto.
Como experta en formación en recobro, me encantara conocer tus aportaciones al respecto y profundizar contigo sobre esta maravillosa capacidad de elegir que tenemos que nos hace únicos.